
Yo personalmente viendo estas fotos no me atrevería a comérmelos. Son tan dóciles y cariñosos que uno se enamora de ellos con asombrosa facilidad.

Ademas, imaginaros que les diera a los caballos por comernos a los humanos... ¿Como os sentiríais?

Pues la verdad, que al principio era gracioso pero cuando te comienzan a rodear y uno de ellos te muerde la espalda no resulta tan gracioso.
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