En el vaivén del estado de ánimo de casi cualquier individuo podemos aproximarnos a dos extremos. Euforia y depresión. Y en el centro tenemos el estado "normal" de animo, ni triste ni alegre.
Conseguir centrarse en un estadio normal de la personalidad no es facil para todo el mundo, y no controlarlo puede llevar a desenlaces nefastos. La distorsión de la realidad.
lunes, 22 de febrero de 2010
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